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Salario de los diputados
La falta de cálculo y la ausencia de ética forman una combinación explosiva, tanto como la del coronavirus y una mascarilla de tela estampada con un logotipo, republicano o indigenista, cuya única función es soliviantar. Los partidos que a través de sus respectivos apoderados están ... negociando el cierre de los Presupuestos del Estado -apenas quedan unos flecos, dice la ministra de Hacienda- son los mismos que ayer votaron en la Mesa del Congreso a favor de que los diputados se suban el sueldo un 0,9 por ciento. Al servicio de la nación, sus señorías estaban conjuradas para no quedarse atrás en caso de que el PIB comience de buenas a primeras a dibujar aquella uve que, en un ejercicio de hechicería e hipnotismo, pintó en una pizarra imaginaria la titular de Economía. En cualquier caso, el planteamiento de los diputados alcistas, muy liberal, pasaba por aumentar el poder adquisitivo de un selecto grupo de empleados públicos. Les unía el empeño de dinamizar el consumo privado que mueve el motor de la economía. Sin embargo, debió de darles tanta vergüenza -por parecer de derechas o pasar por peseteros, tanto monta- que tuvieron que repetir la votación para retractarse y congelarse el sueldo.
Si alguien ha clamado en España en los últimos diez años contra cualquier tipo de recortes y por la «reversión de derechos» ha sido la izquierda, ayer decidida a predicar con el ejemplo de una subida salarial que, sin embargo, ignoró la progresividad de la que hablan los miembros del Gobierno cuando enchufan los micrófonos de La Moncloa. En términos de poder adquisitivo, no es lo mismo un ordenanza del Congreso que un diputado -el servicio y la casta-, pero el igualitarismo es una paradoja que en determinados casos favorece a quien más tiene.
«Acabamos de acordar con el Grupo Socialista que, efectivamente, esa subida no se va a producir», dijo Pablo Echenique tras el vergonzante renuncio. Como agente social, el portavoz parlamentario de Unidas Podemos tiene amplia experiencia en la negociación colectiva e individual. Tras retirar el recurso que interpuso en el Supremo, Echenique se dispone a pagar los 11.040 euros de multa que el Tribunal Superior de Justicia de Aragón le impuso el año pasado por pagar en negro a su asistente. El poder adquisitivo era hasta no hace mucho una cosa privada, calculado para los asistentes delante del cajero automático de un banco. Los mismos que metían la clave de cuatro cifras y pulsaban la tecla de sacar dinero son los que ahora redactan los Presupuestos.
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