Ramón Pérez Maura

La izquierda, otra más

Ramón Pérez-Maura

Esta funcionalidad es sólo para registrados

No paramos de mejorar. Baltasar Garzón, que sigue empeñado en salvar al mundo entero, apadrina ahora una candidatura llamada simplemente La Izquierda. Tan genérico y amplio nombre incluye a grupos como Convocatoria Cívica, del propio Garzón, y Somos Izquierda, de Beatriz Talegón, de quien la última vez que tuvimos noticia militaba en el PSOE. Partido que con la llegada de Irene Lozano ya no debe de ser «La Izquierda» mismamente, sino otra izquierda. La gran aspiración de esta La Izquierda es sumarse a Izquierda Unida, que también es otra izquierda. Es decir, sus aspiraciones son modestas, porque, si su pretensión es unirse a una coalición que está al borde de quedar como extraparlamentaria, es que sus sueños de grandeza son francamente limitados. Realismo puro.

Podrían aprovechar para aplicar al Federico Mayor Zaragoza de la Orden de Cisneros la Ley de la Memoria Histórica de Zapatero

Mas cuando uno averigua un poco más, descubre que en realidad La Izquierda aspira a pescar en todos los segmentos políticos, porque entre sus padrinos está nada menos que el valeroso falangista Federico Mayor Zaragoza, que llevaba tanto tiempo de bajo perfil que algunos creíamos que se había quedado mudo. Esperemos que a la presentación de La Izquierda don Federico acuda luciendo en la solapa su venera de la Orden de Cisneros. Esta es una orden que fue creada por decreto del 8 de marzo de 1944, durante la oprobiosa. Con ella se decidió premiar los servicios de quienes hubieran demostrado un «alto espíritu de entrega en las tareas de engrandecimiento de la Patria» durante el régimen del general Franco. Él mismo, como Jefe Nacional del Movimiento, era el Gran Maestre de la Orden y Jefe Supremo de la misma.

Mayor Zaragoza, leal hasta el final, recibió la Orden de Cisneros en el último minuto del partido: 17 de julio de 1975, según atestigua el Boletín Oficial del Estado, con la firma del mismísimo Francisco Franco y el refrendo del ministro secretario general del Movimiento, José Solís Ruiz. Sería entrañable que Mayor Zaragoza acudiera el próximo lunes a la presentación de La Izquierda luciendo esa venera que está formada por una cruz, entre cuyos brazos se abren haces de cinco flechas y en el centro el Águila de San Juan apoyada sobre el yugo de los Reyes Católicos. A lo mejor, en ese momento, sus compañeros de La Izquierda podrían aprovechar la presencia de los medios de comunicación que tanto ansían para aplicar a Federico Mayor Zaragoza la Ley de la Memoria Histórica que puso en marcha su admirado José Luis Rodríguez Zapatero. Y ya puestos, Baltasar Garzón, el precursor de la justicia universal, podría pedir a su íntima amiga la juez argentina María Romilda Servini de Cubría, que dedica algunas de sus horas a perseguir a cualquier ser vivo que fuera franquista en su día, que se apareciese en la presentación de La Izquierda acompañada de la Policía judicial y procediera a la detención de Mayor. Lo que más le puede importar a Garzón, la notoriedad pública, estaría garantizada. Para Mayor Zaragoza el arresto sería un sacrificio menor, tras todos los que él hizo por la democracia. Se sacrificó para ser rector de la Universidad de Granada denunciando por comunistas a los candidatos que le habían derrotado en la eleccion. Aceptó el nombramiento como subsecretario de Educación que le hizo Cruz Martínez Esteruelas y, con harto dolor de su corazón, cerró la Universidad de Valladolid todo el curso 1974-75 porque ¡habían tirado un huevo al rector!

Esto de La Izquierda nos puede dar grandes tardes de gloria. Por favor, una foto de Garzón y Mayor Zaragoza con la Orden de Cisneros...

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación