La izquierda juega con Madrid
La creación de «Madrid Central» es, tal y como se va a ejecutar, un grave problema para una ciudad que tendrá que recolocar por otras vías todo el tráfico que quedará excluido de los límites de este experimento de la izquierda
![La izquierda juega con Madrid](https://s3.abcstatics.com/media/opinion/2018/11/30/madrid-central-kYT--620x349@abc.jpg)
La operación «Madrid Central» es una de las intervenciones públicas más radicales producidas en la capital en las últimas décadas, después de iniciativas como el soterramiento de la M-30 o el inacabado eje Prado-Recoletos. El Ayuntamiento dirigido por la izquierda ha decidido que Madrid tiene que ser como ella dice, aunque eso suponga despreciar las preocupaciones de decenas de miles de vecinos. Por la trascendencia de «Madrid Central», el equipo de gobierno municipal dirigido por Manuela Carmena debería haber aparcado sus tics autoritarios para, en su lugar, haber promovido con la oposición y la sociedad un debate sobre el futuro de Madrid. Es evidente que las grandes capitales europeas avanzan por el camino de la regulación del tráfico rodado y la humanización de sus calles, pero cada una de ellas tiene su propia idiosincrasia. El Ayuntamiento de Carmena ha regulado el centro de la ciudad como si fuera una reserva natural, al mismo tiempo que acortaba la capacidad de la Gran Vía como eje transversal. La idea de una ciudad en guerra contra el coche y la contaminación es muy atractiva, pero también engañosa si no va seguida de un análisis técnico de sus alternativas. Diga lo que diga el Tribunal Superior sobre las medidas cautelares solicitadas por la Comunidad de Madrid y el PP, la capital no es el terreno propicio para experimentos sectarios como el de Madrid Central.
La creación de «Madrid Central» es, tal y como se va a ejecutar, un grave problema para una ciudad que tendrá que recolocar por otras vías todo el tráfico que quedará excluido de los límites de este experimento de la izquierda. Es probable que sólo consiga cambiar el problema de sitio y provocar atascos, mala calidad de vida y contaminación allí donde la circulación busque alternativas al cierre precipitado del centro de Madrid.