Editorial ABC
Irán debe pedir perdón y rectificar
La dictadura teocrática de Irán ha tenido que reconocer que ha sido su artillería antiaérea la que derribó el avión civil ucraniano, causando la muerte a 176 personas inocentes
La dictadura teocrática de Irán ha tenido que reconocer que ha sido su artillería antiaérea la que derribó el avión civil ucraniano, causando la muerte a 176 personas inocentes. La noticia ha causado una comprensible indignación entre la población iraní, tanto por el hecho de que las autoridades lo han estado negando tozudamente durante días como porque creen -y tienen razones para ello- que solamente ha accedido a admitirlo porque se trata de un vuelo extranjero y parte de las víctimas son ciudadanos de otras nacionalidades. Este hecho dramático, por el que Irán debe sin duda dar explicaciones y asumir todas sus responsabilidades, corona además el fracaso absoluto del régimen para contrarrestar la muerte del general Qasem Soleimani, responsable de cientos de operaciones clandestinas en el exterior para desestabilizar a sus vecinos. Después de un grotesco lanzamiento de misiles contra bases norteamericanas en Irak, el episodio del derribo de un avión de pasajeros confirma que en estos momentos Irán haría mejor aceptando una nueva negociación, aunque sea con las condiciones que propone el presidente estadounidense, Donald Trump, que seguir intentando oponerse con la amenaza de una fuerza de la que carece. Teherán debería entender que su obstinación en los planes de construir armas nucleares es su mayor vulnerabilidad en todos los sentidos.
Sus propios ciudadanos deberían sentirse inquietos en caso de que un día sus dirigentes intenten manipular una bomba atómica con la misma destreza que han usado los misiles antiaéreos de fabricación rusa. Por desgracia, las protestas que se han alzado en el país serán sin duda reprimidas por una dictadura oscurantista en nombre de una visión rigorista y maniática de la religión islámica.