Editorial ABC
Inquietante pérdida de peso internacional
Estados Unidos y Marruecos, por ejemplo, se han convertido en socios de creciente colaboración mutua, dejando al margen a España para ni siquiera ser consultada sobre el conflicto del Sahara

Desde que Joe Biden tomase posesión como nuevo presidente de Estados Unidos, primeros niveles de su Administración ya se han puesto en contacto directo con los presidentes o primeros ministros de una treintena de países. Pero entre ellos no está España, lo que revela una preocupante pérdida de influencia y de peso específico del Gobierno en el panorama internacional. Como mucho, solo ha habido una breve comunicación entre cuartos niveles de la Casa Blanca y de La Moncloa, lo que desde una perspectiva institucional es poco menos que irrelevante. La política exterior española es caótica. Estados Unidos y Marruecos, por ejemplo, se han convertido en socios de creciente colaboración mutua, dejando al margen a España para ni siquiera ser consultada sobre el conflicto del Sahara. La conexión comercial y económica y la cooperación militar entre ambos países han empezado a dejar marginada a España, y nuestras relaciones con Rabat están seriamente deterioradas. Lo mismo ocurre con Gibraltar porque las cesiones al Reino Unido durante la negociación del Brexit afectan incluso a aspectos relevantes de renuncia de soberanía. España no gana una sola batalla internacional y, por ende, solo puede ser ninguneada. Entre Biden y Trump hay muchas diferencias, pero en su desdén al Gobierno no hay ninguna.