Editorial ABC

Una vida al servicio de España

Quienes ahora impugnan el denominado «régimen del 78» dirigen sus baterías contra la Corona, porque saben que es la piedra angular del sistema democrático español

Don Juan Carlos, con la Reina Sofía en una fotografía reciente EFE

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El ochenta cumpleaños de Don Juan Carlos es la ocasión propicia para que el Rey emérito reciba el homenaje que merece por su constante servicio a la nación y a la Corona. Desde su abdicación, Don Juan Carlos ha refrendado con su discreción los impulsos que su hijo, Felipe VI , ha dado a la institución monárquica, permitiendo así, con lealtad y responsabilidad, la nueva etapa que correspondía abrir a su hijo. Don Juan Carlos sabe bien lo que significan las transiciones y los fines de ciclo . Su gran legado a la historia de España fue liderar el paso del régimen franquista a la democracia y defender el sistema constitucional de 1978 frente a la intentona golpista del 23-F. La Corona se consolidó gracias a Don Juan Carlos como la institución vertebradora del nuevo régimen. Treinta y seis años después, la Corona ha vuelto a ser el revulsivo de la nación española frente a otro golpe contra la democracia, el perpetrado por el separatismo catalán. El discurso de Felipe VI del pasado 3 de octubre fue tributario de la responsabilidad de la Corona con España, en el sentido establecido por Don Juan Carlos, cuando, durante la Transición, asumió el llamamiento a todos los que representaban las Españas enfrentadas en la guerra civil para fundirlas en un nuevo proyecto político. Si la Corona no hubiera generado el crédito histórico que le aseguró el reinado de Don Juan Carlos, difícilmente el discurso de Felipe VI habría provocado entre los españoles lo que fue, y sigue siendo, un auténtico efecto unificador y reanimador del sentimiento nacional.

La monarquía parlamentaria no es un eslogan de la Constitución, ni un titular de prensa para referirse a Don Juan Carlos. Es la estructura que se ha levantado desde 1978 para dotar a España del más amplio y próspero período de paz de su historia. Es un principio real de organización de la vida política y social española, consolidado con el esfuerzo y la generosidad de una clase política irrepetible, que encontró en Don Juan Carlos el respaldo necesario para llevar a cabo la gesta de la Transición. Por eso, los que ahora -desde su ignorancia, más que desde su juventud- impugnan el denominado «régimen del 78» dirigen sus baterías contra la Corona, porque saben que es la piedra angular del sistema democrático español y «símbolo de la unidad y permanencia» del Estado. Pero la Corona, con la renovación que, en todos los ámbitos, introdujo el Rey Felipe VI, tiene la fortaleza suficiente para seguir encarnando, como pretendió Don Juan Carlos I, el proyecto de una España unida y democrática. Desde estas líneas, ABC se suma a las felicitaciones que el Rey emérito recibe en su aniversario, celebración que ha de servir para reconocer su legado institucional y su esfuerzo por construir la España que disfrutamos.

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