Holiday on ice
De 31 de enero a 7 de febrero el ministro Duque ha cerrado su despacho para irse a la Antártida

Todo el mundo tiene un viaje soñado: admirar las secuoyas gigantes del parque californiano de Yosemite, recorrer los pasadizos fantasmagóricos de Edimburgo, hacer el hortera en Las Vegas, visitar el templo sagrado de Kioto, coronar las nieves perpetuas del Kilimanjaro... Confieso que mi ilusión sería ... poder viajar algún día a la Antártida, el continente helado, el último confín que se le resistió al hombre… Escuchar durante el deshielo el crack atronador de los icebergs que se desgajan de los glaciares y caen al océano. Contemplar aquella blancura infinita, inhóspita hasta lo poético. Asistir al paso de las ballenas, los leones marinos, las focas leopardo... Pero me temo que jamás lograré viajar a la Antártida, porque cae a contramano y no se puede volar con Ryanair.
Pedro Duque, nuestro ministro de Ciencia, Innovación y Universidades, tiene más suerte. El pasado día 31 de enero cerró su despacho y se largó de excursión a la Antártida, de donde no volverá hasta este jueves. La gira revela que no hay mucho que hacer en un ministerio que Sánchez desgajó de Educación para lanzar el guiño marketiniano de poner al frente a un ministro cosmonauta.
Duque ha viajado hasta la Antártida, que está a 12.000 kilómetros de Madrid, para visitar las dos pequeñas bases científicas españolas ubicadas en las islas Shetland del Sur. Una lleva el nombre de Juan Carlos I y se encuentra en la isla de Livingstone. Acaba de ser ampliada con un nuevo módulo, percha que ha servido al ministro para irse hasta allá, ver aquello y colocar una placa. Además ha visitado también nuestra base Gabriel de Castilla, que gestiona el Ejército en la vecina isla Desolación. Los frutos de esta semana de excursión están siendo muy fructíferos: cuatro o cinco fotos en Twitter del ministro, posando en las bases y la costa con ropa de abrigo de distintos colores y siempre con el mismo texto, «he conocido de primera mano los proyectos de investigación que realizan aquí nuestros investigadores».
La base Juan Carlos I fue establecida por España hace treinta años y la Gabriel hace veintinueve. Huelga decir que en todo este tiempo a los sucesivos ministros del ramo no les daba por irse hasta el Polo Sur de garbeo. Pero los tiempos están cambiando. El Gobierno de progreso y exhumaciones se formó de chiripa y pende del capricho de los separatistas, por lo que podría durar poco. Así que siguiendo el ejemplo de El Presidente conviene aprovechar el poder para recorrer el mundo a costa de los impuestos de todos. Según informan desde La Moncloa y el Ministerio de Ciencia, el ministro astronauta no ha volado solo a la Antártida. Se ha ido con una comitiva que incluye a la presidenta del CSIC, el secretario de Estado de Defensa, el secretario general de Coordinación de Política Científica, el jefe del Estado Mayor del Ejército de Tierra, la subdirectora adjunta de Infraestructuras Científicas Singulares y la jefa de gabinete del ministro. El programa de trabajo es intenso. Por ejemplo, el pasado día 3, de diez y media de la mañana a dos de la tarde, el programa oficial recoge un «recorrido en zódiac por la isla».
Los pingüinos, pasmados, comentan que nunca habían visto nada igual.
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