Hasta en la sopa

Sánchez lanza su álbum monclovita

Álvaro Martínez

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Una foto con la perrita Turca en las escaleras de «casa», otra corriendo deportivamente por los jardines del palacio presidencial, una más haciendo estiramientos tras el running matinal, otra con una bufanda del Real Valladolid (recién ascendido a Primera), tres o cuatro (en distintos encuadres) con su círculo de confianza en el despacho, otra en la reunión de la ejecutiva de Ferraz… y luego media horita en el Telediario.

Pedro Sánchez completó y distribuyó ayer lunes el «book» presidencial con el que seguramente trata de que la opinión pública se acostumbre a verle allí, algo así como una reivindicación de la pertenencia a un lugar al que los españoles no quisieron mandarle cuando les dieron a elegir en las urnas, no una sino dos veces. Pero el caso es que allí está y ahora se trata de que esos mismos españoles que le dijeron «no» por duplicado se acostumbren desde primera hora (lleva allí dos semanas) a lo que será su día a día en La Moncloa hasta que decida someterse, junto a los candidatos de los otros partidos, al escrutinio del electorado.

La mano de Iván Redondo, el asesor externo fichado en la travesía del desierto y convertido en director del gabinete de la Presidencia cuando llegó al oasis, se intuye en este reportaje costumbrista que encaja con el aire -perfume, casa mejor aquí- que se le ha querido dar al llamado «Gobierno bonito» gracias al cual, al parecer, en España se respira ya mucho mejor y el sol brilla de nuevo. Fotos, en cualquier caso, con mensaje, como el de la camiseta elegida para que le retrataran en la carrerita matinal, conmemorativa de los 25 años de los Juegos Olímpicos de Barcelona. Un «gesto» quizá, otro «mensaje» en este caso a los catalanes de que las cosas han cambiado en La Moncloa, que el nuevo presidente les lleva en el corazón. Es improbable que Torra -ese «supremacista y xenófono», en palabras del propio Sánchez- se conmueva y dome su pulsión separatista por el «detallazo» de la camiseta. Pronto iba a aparecer vestido con una de Curro, la mascota de la Expo de Sevilla, que también celebra sus bodas de plata... Pero a Sánchez le mientas Sevilla y se le aparece Susana Díaz sentada en San Telmo en forma de tormento.

Si en siete años de Rajoy nos tuvimos que conformar con la misma foto andariega por la senda gallega de la piedra y el agua, en quince días a Sánchez ya le conocemos la perrita, la camiseta, el despacho y hasta cómo corre y se estira por La Moncloa. Cualquier día, removiendo la cuchara, puede que usted mismo se encuentre con él hasta en la sopa. Al tiempo...

Hasta en la sopa

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