Un gobierno demacrado
Si rectificar es de sabios Pedro Sánchez es el faro del pensamiento de occidente
Si rectificar es de sabios Pedro Sánchez es el faro del pensamiento de occidente. Desautorizada la ministra de Justicia por el desleal rechazo a Llarena; goleada la de Trabajo por el sindicato de prostitutas; desubicada la de Industria con el diésel; topándose el propio Sánchez con la compleja realidad de la inmigración, con las finas entretelas de las relaciones comerciales con Arabia Saudí y con el peor de sus molinos de viento: su propia demagogia en la oposición. Ahora no habrá impuesto a la banca, ni buscará un acuerdo de financiación autonómica y agua, ni importa nada que RTVE se gobierne por decreto, ni va a convocar elecciones hasta el final de la legislatura. O eso pretende. O eso dice en público que pretende.
La pregunta es: ¿cuánto tiempo está dispuesto a aguantar el presidente del Gobierno antes de convocar elecciones? O mejor: ¿cuánto tiempo podrá aguantar? Tres factores a tener en cuenta: el primero, la encuesta que publica hoy ABC revela un desgaste impropio de un presidente que lleva solo tres meses, siendo además uno de ellos agosto. Al Gobierno bonito, como acertó a bautizar Colmenarejo, se le está borrando el maquillaje a marchas forzadas. Seis de cada diez españoles rechazan la política de Sánchez en inmigración, pensiones y economía, y siete de cada diez en el caso de Cataluña. Solo uno de cada cuatro le apoya en esos temas (inmigración 28,3%, pensiones 26,8%, economía 20,6% y Cataluña 16,6%).
Si tenemos en cuenta que en las elecciones el PSOE alcanzó el 22,63% de los votos (84 diputados), pues todo encaja: solo uno de cada cuatro quería a Sánchez en Moncloa, y solo uno de cada cuatro aprueba su gestión en La Moncloa. Escaso apoyo.
Un segundo factor importante es la oposición interna. Cada vez son más en el Gobierno y en el PSOE los partidarios de adelantar elecciones para evitar un desgaste mayor, conscientes de que la propaganda tiene un límite y la erosión va en aumento. El tercer factor es también relevante: la economía muestra síntomas de desaceleración.
En Moncloa, donde se cultiva con esmero el eufemismo, regatean el verbo «rectificar» diciendo que «este Gobierno escucha». Si efectivamente es así, y Sánchez escucha, el mensaje de la encuesta que hoy -y mañana- publica ABC es nítido: urnas.