José María Carrascal

Fútbol y política

José María Carrascal

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Sólo nos faltaría que, ahora, la UEFA sancionara al Barcelona por el despliegue de «esteladas» en el Vicente Calderón, como ya ha hecho repetidas veces, la última, en la final de la Liga de Campeones del pasado año, en Berlín, infringiendo el artículo 16.2 de su código disciplinario, que castiga «el uso de gestos, palabras u objetos que no tengan relación con el evento deportivo». En lo que se apoyó la Federación Española de Fútbol, aparte de en la Ley contra la Violencia en el Deporte, que en el artículo 6 de su Capítulo II, prohíbe «introducir o exhibir pancartas, banderas, símbolos u otras señales con mensajes que inciten al odio o la violencia» para prohibir la «estelada» en el estadio. La delegada del Gobierno, entre cuyos cometidos está mantener el orden público, hizo lo mismo.

La UEFA y la FEF saben perfectamente que un partido de fútbol puede convertirse en batalla campal entre el público

El juez Torres, del Contencioso 11 de Madrid, por el contrario, opina que la «estelada no es un símbolo de odio o violencia, sino una mera manifestación de la libertad ideológica y el derecho a difundir pensamientos, ideas y opiniones», protegido por la Constitución, por lo que deben aceptarse en los campos de fútbol, como el Vicente Calderón. Y como en una democracia la Justicia tiene la última palabra, hay que aceptarlo. Pero se nos permitirá advertir que el magistrado ha sido muy benévolo en sus suposiciones. La UEFA y la FEF saben perfectamente que un partido de fútbol puede convertirse en batalla campal, no entre los jugadores, sino entre el público. ¿Pruebas? Entre el 14 y el 18 de julio de 1969, Honduras y El Salvador fueron a la llamada precisamente «Guerra del Fútbol», tras el encuentro que sus selecciones nacionales habían librado días antes en las eliminatorias de los Mundiales de 1970. Menos mal que la OEA intervino y logró un armisticio. En cuanto a que las banderas no incitan a la violencia, quisiera recordar una de las frases más famosas de la historia. La pronunció Goethe, entonces Consejero de Estado –especie de ministro de Asuntos Exteriores– del Principado de Weimar, al ver morir en la Batalla de Valmy a un soldado francés envuelto en la bandera tricolor gritando «Vive la nation!». «Señores –dijo el Consejero a sus acompañantes, tras ordenar al palafrenero de su carruaje que diera la vuelta– han visto ustedes el comienzo de una nueva época». Desde entonces, han muerto no millones, sino cientos de millones por una bandera. Introducirlas en los campos de fútbol es como mezclar gasolina y mecheros.

De momento, todos han estado en su papel. La FEF y la delegada del Gobierno previniendo daños mayores y el juez dando prioridad a la libertad de expresión en su sentido más alto. Esperemos que ninguno de ellos se equivoque. Bueno, se han equivocado ya las autoridades catalanas al pedir la dimisión de la delegada, que se limitó a cumplir con su deber. Vamos a ver si los nacionalistas catalanes hacen lo mismo y obedecen las disposiciones judiciales como en Madrid se hace. Mucho me temo que seguirán violándolas con recochineo.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación