Tribuna abierta

Crónica de un viaje

«En Mosul el Papa se detuvo visiblemente emocionado, oró en silencio por unos minutos conmovido ante las ruinas de una iglesia destruida por el Estado Islámico»

Fernando de la Guardia Salvetti

El Papa Francisco es el primer Pontífice en visitar Irak. Llegó a este país inmerso desde hace años en guerras en apoyo y reconocimiento a la comunidad cristiana perseguida. «Vengo como penitente que pide perdón al Cielo y a los hermanos musulmanes por tanto dolor y crueldad. Vengo como peregrino de paz, en nombre de Cristo Príncipe de la Paz». Palabras que el Santo Padre manifestó en repetidas ocasiones.

Francisco viajó a las periferias de la humanidad para encontrarse con quienes mas sufren. Pero también con otros muchos colectivos víctimas de guerras y de conflictos a lo largo de muchos años. Recorrió 1.445 km donde solo hace solo dos semanas el país fue golpeado por disparos de cohetes y donde las tensiones IRAK-EE.UU seguían latentes. En un programa ambicioso el Papa visitó Bagdad, Nayaf, Ur Erbil, Mosul y Qaraqosh y denunció como un daño incalculable el terrorismo islámico que ha provocado y convertido a la comunidad religiosa en objetivo preferente del Estado Islámico. “El reencuentro entre confesiones y etnias religiosas es mi principal objetivo. El nombre de Dios no puede ser usado para justificar el terrorismo” dijo Francisco frente a miles de fieles en el estadio de Ur Erbi, en el Kurdistán iraquí.

En Mosul el Papa se detuvo visiblemente emocionado, oró en silencio por unos minutos conmovido ante las ruinas de una iglesia destruida por el Estado Islámico. “No me imaginaba las ruinas de Mosul; me quedé sin palabras”, manifestó. Impactante fue el recibimiento donde cientos de cristianos huidos del Daesh y retornados le acogieron con entusiasmo: “La fraternidad es mas fuerte que el fratricidio, la esperanza más fuerte que la muerte” subrayó el Santo Padre antes de rezar por las víctimas de la guerra invitando a los cristianos a asumir el papel de reconstruir y sanar a Irak

Es el primer Papa en celebrar una Misa en rito caldeo; rezó y llevó consuelo, esperanza y alegría a las comunidades cristianas afectadas por el terrorismo. Participó en una oración ecuménica con las diferentes religiones presentes en Irak desde hace milenios en el lugar natal, según la Biblia del patriarca Abraham, padre del monoteísmo. El Santo Padre sabe que la defensa de los cristianos conlleva el peligro de alimentar sectarismos y la reconciliación y defensa de la minoría Chii contribuye a superar el clima de violencia y persecución de otras religiones.

En Bagdad cumplió el sueño de visitar a personas discapacitadas. El Santo Padre fue recibido con alegría y emoción por un grupo de personas en sillas de ruedas que agitaban banderas del Vaticano e Irak con afectuosos mensajes en español -Bienvenido Santo Padre -el idioma materno del Pontífice. Colm Flynn, periodista de EWTN (Red católica de TV y radio mundial) relató en Twitter que cuando el Pontífice se detuvo para saludar al grupo de fieles camino a la Catedral de Bagdad, le confesaron que “siempre ha sido nuestro sueño encontrarnos con el Papa Francisco”.

En su periplo por las ciudades visitadas destaca el encuentro amistoso en la ciudad santa de Nayaf con el Gran Ayatolá Alí Al Sistani, - principal autoridad religiosa del chiismo –donde mantuvo un encuentro privado con el objetivo de reforzar las relaciones religiosas cristianas y musulmanes chiitas en el país, resquebrajadas por la violencia y el sectarismo radical islamista. Es un hombre humilde y sabio “A mí me hizo bien al alma este encuentro. …Es una luz” manifestó el Papa Francisco.

Este viaje a Irak del Papa. –considerado el más importante de su Pontificado -no se puede comparar con ninguno de los anteriores. Los cristianos iraquíes han experimentado lo que muchos han llamado un milagro. Ha impresionado fuertemente la manera intensa y bondadosa en la que el Santo Padre miraba a las personas con las que se encontraba en su recorrido por los lugares que visitaba. Se podía palpar su paternidad y lo feliz que estaba al escuchar tanto a los líderes religiosos de Ur como con los cristianos iraquíes.

Un Papa cansado de vuelta al Vaticano manifestó. “Doy gracias a Dios por el viaje que me ha permitido estar cerca de los cristianos atemorizados y ayudar a la reconciliación del país. En estos tiempos tan convulsos que vivimos es muy gratificante y consolador estar con el Santo Padre en su viaje evangelizador en este país cuna de nuestro padre Abrahám.

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Fernando de la Guardia Salvetti es capitan de navio (R)

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