Editorial ABC
Los extremos se tocan en Madrid
El caos del partido de Errejón permitió a José Luis Martínez-Almeida sacar adelante las cuentas, pese a la sobreactuación populista de Vox
La aprobación de los presupuestos municipales de Madrid puso ayer manifiesto la escasa responsabilidad de los partidos que irrumpieron en escena para impulsar una presunta renovación de la vida pública. Con un crecimiento del 7,6 por ciento respecto al ejercicio anterior y una notable rebaja fiscal, las cuentas madrileñas se sitúan en 4.686 millones, cifra cuya magnitud y relevancia para los vecinos de la primera ciudad de España exigía algo más que el tacticismo exhibido por Vox y la indiferencia de la que hizo gala Más Madrid, marca en la que ahora se diluye el oportunismo de Manuela Carmena, la alcaldesa que, distraída con su propia campaña de imagen, ni siquiera ejecutaba los presupuestos que había aprobado. El partido de Íñigo Errejón se presentó en el pleno de ayer con un concejal menos, por su dejadez a la hora de reemplazar a la concejal -Inés Sabanés- que dejó el ayuntamiento para ser diputada. No tenían prisa, y tampoco les debía de preocupar el interés de los madrileños que el pasado mayo les dieron su voto para desarrollar su programa político o, desde la oposición, bloquear las propuestas del centro-derecha. Ni una cosa ni la otra. De la demagogia a la negligencia, Más Madrid ni siquiera cumplimentó los papeles necesarios para habilitar a su nueva edil.
El caos del partido de Errejón permitió a José Luis Martínez-Almeida sacar adelante las cuentas, pese a la sobreactuación populista de Vox, que decidió abstenerse y llevar hasta el final uno de esos plantes con los que, no solo en Madrid y a costa del interés de sus propios votantes, trata de ampliar su base de votantes. Dejar a la capital sin presupuestos hubiera sido el mayor triunfo para una formación cuya ansiedad le hace confundir la política real con los juegos y los fuegos de artificio de una campaña electoral.