Testimonios del coronavirus

Carta a un padre muerto por Covid: «A la tragedia de perderte, se une el dolor de tu soledad, no saber si sufriste, que pensabas o sentías»

«Solo pudimos ir a tu entierro tu hijo y yo (...) Mamá en el hospital sin saber ni que habías fallecido, no podía enterarse, se hubiera ido contigo y no podíamos perderla también. Tu hija mayor, ingresada, destrozada»

Eugenia Sobrino

Aún recuerdo ese 23 de marzo, el último día que te ví. Con mascarilla para no contagiarte ni a ti ni a mamá, no pude darte un beso ni un abrazo, un recuerdo cariñoso. Esa misma semana, tus tres hijos buscábamos a alguien para cuidarte por miedo a que os contagiarais a través de las cuidadoras de la CAM que iban sin protección, pero ya empezasteis a encontraros mal.

Mamá enfermó primero , por lo que tu hija mayor tuvo que irse a cuidaros. Se la llevaron al hospital, pero la dieron el alta descartando el maldito Covid-19. Al día siguiente, tú empezaste a encontrarte mal y mamá empeoraba . Después de esperar horas a las ambulancias, llegó la primera. Te llevaban al hospital, así, de repente. Mamá fue detrás, en otra. Ni siquiera os pusieron en la misma habitación. Separados, solos.

Recuerdo cada día despertarme muy pronto, como si eso acelerara la hora en que llamaban los médicos para decirnos vuestro estado. Cinco minutos me dejaban más angustiada hasta el día siguiente, cuando volviesen a llamar. Por eso, tenía que acostarme muy pronto para que amaneciera cuanto antes y saber de vosotros . Días larguísimos llenos de angustia, pero p eor fue tu tristeza, tu soledad, tu desconcierto ante la situación. Mamá mejoraba poco a poco, pero las noticias sobre tu salud no eran buenas.

Así llegó el 5 de abril. Ese cruel día que tu hija mayor se fue a Urgencias con dificutad para respirar. Se había contagiado también. La ingresaron en estado grave cuando recibimos la más horrible de las noticias. Habías fallecido. Así, sin más, te habías ido, solo.

Papá, que siempre estuviste a mi lado , que me enseñaste tantos valores y me diste tanto amor y protección. Tú, que siempres buscabas a mamá cuando sentías miedo, tu compañera de casi 50 años de matrimonio, porque por diez días no pudisteis celebrar las bodas de oro.

Solo pudimos ir a tu entierro tu hijo y yo. Fue muy triste, desolador. diez minutos y de vuelta a casa. Mamá en el hospital sin saber ni que habías fallecido , no podía enterarse, se hubiera ido contigo y no podíamos perderla también. Tu hija mayor, ingresada, destrozada por no poder ni acudir a tu entierro.

Pasaron días angustiosos pensando que ellas también pudieran marcharse . Pero Dios no lo quiso así. Aún quedaba otro golpe, comunicarle a mamá tu pérdida. Fue inesperado, tremendo, doloroso. No se lo esperaba.

A la tragedia de perder a un padre, se une el dolor de la separación, tu soledad, no saber si sufriste, ni que pensabas o sentías. No poder darte un último adiós. El que te merecías como cualquier ser humano. Y eso nos va a doler toda la vida. Si lo hubiese sabido ese 23 de marzo...

* Eugenia Sobrino vive en Madrid.

Si tú también quieres compartir tu testimonio sobre cómo estás viviendo la situación provocada por el coronavirus puedes hacerlo escribiendo a testimonioscoronavirus@abc.es

Debes indicarnos tu nombre completo, DNI y lugar de residencia. Seleccionaremos las historias más representativas para publicarlas en ABC.es

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación