España le debe mucho a la Guardia Civil

La Guardia Civil celebró ayer su 175 aniversario con diversos actos institucionales que encarnaron el sentimiento de afecto y el agradecimiento de millones de españoles a sus miembros por su innegable vocación de servicio público. Los Reyes y los presidentes del Gobierno, el Congreso y el Senado encabezaron el más que merecido reconocimiento de nuestras instituciones a la Benemérita. La Guardia Civil no solo es uno de los colectivos más valorados por los ciudadanos, según las encuestas del CIS, sino también un Cuerpo que forma parte de la esencia y la identidad de España. Desde el primer día, los guardias civiles asumieron que su divisa es el honor, y así lo hizo constar su fundador en el primer artículo de su reglamento fundacional para el servicio. A ese honor se siguen encomendando hoy en su misión de cada día. Por eso el Estado debe proteger más y mejor a sus Fuerzas de Seguridad, reduciendo desigualdades salariales a menudo hirientes, dignificando su trabajo con los medios necesarios y agradeciéndoles su servicio permanente más allá de coyunturas y aniversarios.

La Guardia Civil ha perdido a decenas y decenas de miembros en atentados terroristas. También en las carreteras, o en labores de rescate y asistencia de todo tipo. El reconocimiento colectivo es obligado por encima del rancio reduccionismo revanchista que se empeña en vincular a la Guardia Civil con una ideología por encima de otras. Su historia está íntimamente ligada a la de España, y quien lo juzgue de otro modo no conoce nuestra historia, ni su capacidad de entrega y sacrificio, ni sus convicciones plenamente democráticas. España debe mucho a la Guardia Civil.