Editorial ABC
«Embajadas» para desacreditar a España
El desafío del Gobierno catalán a la legalidad española continúa activo, por más que no haya declaraciones unilaterales de independencia o que ya no esté en aplicación el artículo 155 de la Constitución
El desafío del Gobierno catalán a la legalidad española continúa activo, por más que no haya declaraciones unilaterales de independencia o que ya no esté en aplicación el artículo 155 de la Constitución. Días atrás, la Generalitat anunció la apertura de tres nuevas «embajadas» propias en Túnez, Argentina y México. Más allá de que administrativamente sean oficinas comerciales de la Generalitat, la verdad es que siguen utilizándose como auténticas embajadas políticas para configurar un aparato de asuntos exteriores de Cataluña dedicado a difundir falsedades respecto a España. El Gobierno de Pedro Sánchez ha anunciado que la Abogacía del Estado recurrirá los decretos de creación de esas «embajadas» porque son lesivas para los intereses del Estado, en la medida en que el objetivo declarado de la Generalitat sigue siendo emplear todos los medios a su alcance para dar repercusión internacional al proceso separatista y alimentar el victimismo de un pueblo supuestamente oprimido y con sus derechos conculcados.
Es evidente que el Estado no puede permitir más deslealtad. Sin embargo, llueve sobre mojado. La Generalitat cuenta con casi una veintena de «embajadas» abiertas por el mundo, y aunque algunas de ellas se inauguraron con autorización, otras muchas no cumplen los más mínimos requisitos y garantías que exige la Ley de Acción Exterior. Evitan el cumplimiento de la legalidad descaradamente y, sin embargo, el Gobierno mantiene recursos selectivos que, además, no sirven de mucho porque la desobediencia es norma de la casa en la Generalitat. Torra es consciente de la debilidad del Gobierno de Sánchez en ese sentido. Por eso abusa del dinero de todos los catalanes y de la paciencia de todos los españoles.