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Editorial ABC: Un voto para defender la democracia

Por primera vez desde 1978 puede llegar al poder un partido que amenaza nuestro modelo de convivencia. Toca salvaguardar las libertades y votar para evitarlo

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Estas elecciones son diferentes a todas las que hemos celebrado desde que recuperamos las libertades con el memorable ejercicio de concordia de la Transición. Tras la aprobación de nuestra Constitución en 1978, ha imperado la alternancia de dos partidos moderados de izquierda y derecha, el PSOE y el PP, que compartían su respeto al andamiaje institucional. Ese bipartidismo ha sido puesto ahora en cuestión, debido a las secuelas de la terrible crisis global de 2008 y por el auge de la demagogia populista, espoleada en España por un modelo televisivo insólito, paradójicamente diseñado por su principal damnificado, el Gobierno del Partido Popular. Pero los primeros e inquietantes pasos de los que se autodenominan «Nueva Política», o partidos de «La Gente», hacen añorar ya un bipartidismo que llevó a nuestro país a su ciclo más próspero.

Por primera vez podría llegar al poder una formación que no cree en nuestra democracia ni en las libertades económicas. Unidos Podemos, que ha adoptado en campaña una engañosa imagen dulcificada, quiere enterrar el marco de convivencia de 1978. Pondrían en solfa la unidad de España y presentan un programa económico intervencionista y disparatado, que cuestiona el libre mercado, el valor del esfuerzo personal y el hecho elemental de que los empleos los crean las empresas. Es la alianza del anacrónico Partido Comunista, que hasta postula salir del euro, con una nueva formación populista, creada por algunos de sus antiguos militantes y que ha recibido financiación de regímenes tan execrables como los de Venezuela e Irán. Es un proyecto que sospecha de la prensa libre y alardea de que sometería a la Justicia al Ejecutivo. Es una amenaza a nuestras libertades. Urge votar para evitarlo.

Sin dejar de señalar que el PP necesita gobernar mejor y con nuevos equipos, apoyamos el voto para Rajoy, simplemente porque es la opción que mejor defiende la unidad de España y los principios de nuestra democracia

La crisis del PSOE y el pequeño tamaño de Ciudadanos les restan fuerza. La única manera de preservar la unidad de la nación y el sistema democrático es votar a partidos constitucionalistas. El PSOE, la formación que más tiempo ha gobernado y que ha servido muchas veces bien a España, aparece ahora menguado y sin brújula. Su error primigenio late tras aquella desdichada frase del presidente Zapatero: «España es un concepto discutido y discutible». Han gobernado con los separatistas y les dan aire con una supuesta «reforma federalista» que ni ellos acaban de descifrar. Han regalado el gobierno de importantes capitales al populismo comunista, con pésimos resultados. Casos como el de la Comunidad Valenciana muestran cómo estos experimentos se pagan, por ejemplo, con la amenaza que pesa ya sobre la educación concertada. El PSOE podrá volver a ser una buena opción para España cuando recupere la centralidad y el patriotismo. Pero hoy un voto a Sánchez alfombra el camino a Unidos Podemos.

Ciudadanos nació como un estimulante proyecto de regeneración. Su problema es su pequeño tamaño, que lo hace estéril para defender a España del riesgo que afronta. A día de hoy, provoca en la práctica una división del voto de centro-derecha, facilitando el triunfo de esa reedición del Frente Popular. Además, Rivera ha sido incongruente. Antes de las elecciones de diciembre descartó alianzas espurias contra la fuerza más votada, pero luego acabó incurriendo en ellas, con un inexplicado pacto de Gobierno en favor del derrotado Sánchez.

El Partido Popular es el voto útil en esta hora difícil. ABC es una institución más que centenaria, previa a la existencia del PP y que aspira a perdurar. Desde un ideario liberal de centro-derecha, defendemos la libertad de pensamiento, la propiedad privada, el libre mercado, la unidad de España y su modelo democrático; todo vivificado por los principios del humanismo cristiano. El PP comparte parte de esa manera de ver el mundo. Pero ABC no se solapa con ningún partido, es independiente, sirve a sus lectores y sin capacidad de crítica no tendría razón de ser. Desde nuestras páginas hemos reprobado los casos de corrupción del PP y su lenta respuesta ante ellos. Hemos lamentado la falta de impulso regeneracionista de un Rajoy que gozaba de mayoría absoluta y la carencia de discurso político de la portavocía del Ejecutivo. Hoy mismo, asistimos a la torpeza de un ministro del Interior que es notorio que no está a la altura de su cargo. El compromiso con la verdad y con nuestros principios nos ha pasado factura, por ejemplo, en las últimas asignaciones televisivas del Gobierno. Pero el premio es el respaldo de nuestros lectores.

Hoy, sin dejar de señalar que el PP necesita gobernar mejor y con nuevos equipos, apoyamos el voto para Rajoy, simplemente porque es la opción que mejor defiende la unidad de España y los principios de nuestra democracia. Cuando el totalitarismo llama a la puerta no es hora de dilapidar el voto.

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