Editorial
La vacunación de la Selección, otra chapuza más
Después de varios días de sainete tras el positivo por Covid que sufrió el futbolista Sergio Busquets, el Gobierno decidió ayer vacunar al fin a toda la selección de fútbol. Eso sí, cuando ya un segundo futbolista también ha dado positivo. El debate público sobre si los jugadores debieron vacunarse antes, aun no estando previsto en la Estrategia Nacional de Vacunación, ya ha caducado. Todos los argumentos a favor y en contra son legítimos, pero lo cierto es que no había obligación y nadie reparó en qué ocurriría en caso de contagios. Por eso todo el proceso ha estado viciado por la improvisación y deja, por un lado, una pobre imagen de la Federación y, por otro, a un Gobierno desnortado que no se atrevió a decidir si la vacunación era un privilegio que no sería entendido por muchos ciudadanos o una medida lógica. Otra vez, tarde y mal. Ahora no solo los protocolos generales no se han cumplido, sino que además es la marca de España la que queda devaluada. Otra chapuza más en la pandemia.