Editorial
Turismo con destino a la incertidumbre
La apertura de Fitur, escaparate comercial para un sector devastado, coincidió ayer con la recomendación de la UE para abrir las fronteras continentales a los turistas extracomunitarios que hayan completado su proceso de vacunación, lo que va a contribuir a dinamizar una industria de la que depende buena parte del PIB español. Sin asomo de ironía, Bruselas se felicitaba ayer por la rapidez con que se ha adoptado una decisión que, sin embargo, deja flecos pendientes, como la reciprocidad de esta medida, la adopción de un pasaporte de vacunación o la gratuidad de las PCR para evitar cuarentenas a los no inmunizados. La temporada alta avanza y la burocracia comunitaria, atascada en debates que el Gobierno no ha sabido agilizar, contrasta con iniciativas como las del sector privado, la Xunta de Galicia o la Comunidad de Madrid, cuyas urgencias por reactivar el sector turístico, ya sea a través de bonos o de paquetes sanitarios, se traducen en audacia y reflejos, tan necesarios para cualquier reconstrucción.