Editorial
La transición ecológica la pagan las clases medias
El Ministerio de Transportes prevé invertir en el tren la friolera de 6.250 millones de euros a costa de gravar los vuelos y la utilización de las autopistas, con repercusiones directas en el bolsillo de los contribuyentes
Si el feminismo del que hace gala el Gobierno estaba supuestamente detrás de la reforma de la declaración conjunta -hachazo fiscal que finalmente resultó ser una «errata», según Nadia Calviño-, la denominada transición ecológica, otro de los mantras del Ejecutivo de Sánchez, va a servir de excusa para incrementar la presión tributaria de las clases medias a través del transporte por carretera y los billetes de avión, cuya popularización, a partir de su abaratamiento, ha permitido volar al grueso de la población. Es el tren, por su sostenibilidad medioambiental, el que se beneficia del manguerazo del Ministerio de Transportes, que prevé invertir en este sector la friolera de 6.250 millones de euros, a costa de gravar los vuelos y la utilización de las autopistas, con repercusiones directas en el bolsillo de los contribuyentes, y no precisamente los más ricos, que seguirán viajando, sino de unas clases medias que van a pagar con su esfuerzo el sueño transformador del Gobierno.