EDITORIAL
La UE toma las riendas en Iberoamérica
España pierde parte de su papel de punta de lanza de Europa en un continente que merece mucho más que condescendencia y sectarismo
La política exterior diseñada por Pedro Sánchez, gestor de una insignificancia internacional que ha llevado a España a la marginalidad diplomática, se manifiesta con toda su fuerza en Iberoamérica, área de influencia en la que no ha dudado en apostar por la tolerancia, cuando no la complicidad, con el totalitarismo comunista. Incapaz de pronunciar la palabra dictadura para referirse a Cuba o Venezuela, el Ejecutivo y su embajador plenipotenciario para Hispanoamérica, José Luis Rodríguez Zapatero, han ido tanto por libre, y tan en contra de los valores democráticos de la UE, cuya ‘posición común’ marcaba España en otro tiempo, que la Comisión Europea apuesta ahora por una política de equipo, trazada en Bruselas, que evite la perpetuación de una relación lastrada por la ideología y que atenta contra los principios comunitarios. España pierde parte de su papel de punta de lanza de Europa en un continente que merece mucho más que condescendencia y sectarismo.