EDITORIAL
Todos los abusos sexuales, dentro y fuera de la Iglesia
La izquierda vuelve a la carga con una comisión parlamentaria de investigación sobre los abusos sexuales del clero, colectivo al que atribuye toda la actividad delictiva que se haya producido en España al respecto y de la que, con una mirada sectaria y a partir de una campaña guionizada, excluye a cualquier otro sector de la sociedad
Tras el fiasco de las inmatriculaciones, la izquierda vuelve a la carga con una comisión parlamentaria de investigación sobre los abusos sexuales del clero, colectivo al que atribuye toda la actividad delictiva que se haya producido en España al respecto y de la que, con una mirada sectaria y a partir de una campaña guionizada, excluye a cualquier otro sector de la sociedad. Más allá de su componente guiñolesco, de poco sirven unas comisiones parlamentarias que reducen a espectáculo circense lo que de manera rigurosa ha de investigar la Justicia, aún menos si parten de una concepción sesgada que utiliza a las víctimas como simple excusa para la ejecución de lapidaciones ideológicas. La Iglesia tiene aún mucho que aclarar, reparar y penar en el caso de los abusos infantiles, pero resulta incoherente y éticamente reprobable que la izquierda insista en ceñirse al clero, y al pasado, mientras ignora la creciente lacra de los menores tutelados -algunos por sus propios gobiernos- que son prostituidos.