Editorial
La SEPI cierra el grifo, pero no las sospechas
Todas las cautelas que ahora impone la SEPI contrastan con la manga ancha con que rescató a la aerolínea que une Madrid y Caracas
La negativa del Gobierno a responder en las Cortes a cualquier pregunta de la oposición relacionada con el rescate de la compañía Plus Ultra no hace sino multiplicar las sospechas que rodean la operación financiera de la que, entre sombras del chavismo, se benefició la aerolínea. El escándalo y el agravio comparativo provocados por las ayudas concedidas a Plus Ultra, más de cincuenta millones de euros, han llevado a la SEPI a paralizar la gestión de los rescates que habían solicitado numerosas empresas sin viabilidad y asfixiadas por la crisis, en su mayoría del sector del turismo y la hostelería. Pagan justos por pecadores. Es ahora cuando se revisan todos los papeles y se incrementan la vigilancia y el cumplimiento de cualquier requisito, en un proceso burocrático que prolonga la agonía de empresas necesitadas de oxígeno financiero. Todas las cautelas que ahora impone la SEPI contrastan con la manga ancha con que rescató a la aerolínea que une Madrid y Caracas.