Editorial
Sánchez y la hora de la verdad, sin intermediarios
Pedro Sánchez inaugura la segunda mitad de su legislatura rodeado de una corte en la que sobresalen su juventud e inexperiencia en el campo del rifirrafe, de los globos-sonda y la sobreactuación
Sin la red de seguridad que le proporcionaban políticos de la talla dialéctica y con la capacidad de polémica de Carmen Calvo o José Luis Ábalos, expertos en el cuerpo a cuerpo, dentro y fuera de las Cortes, Pedro Sánchez inaugura la segunda mitad de su legislatura rodeado de una corte en la que sobresalen su juventud e inexperiencia en el campo del rifirrafe, de los globos-sonda y la sobreactuación, actividades que dominaban sus anteriores colaboradores. Oculto tras el ‘plasma’, ajeno a las controversias que su propio gabinete generaba como pantalla protectora, opaco a cualquier luz democrática, el presidente del Gobierno va a tener que dar un paso adelante y batirse con una realidad que no ha dejado de esquivar desde que tomó posesión, delegando y evitando cualquier daño colateral. Los resultados, muy negativos según todos los sondeos, menos el del CIS, están ahí. La creciente desconfianza generada por Sánchez le obliga a dar la cara, quizá para decir alguna verdad. Nunca es tarde.