Editorial
Precedente y farsa de la tarificación eléctrica
Nada han vuelto a decir desde el pasado junio la presidenta de la CNMC o la vicepresidenta tercera del Gobierno sobre el cambio de hábitos, muy didáctico, que impulsaron para que el consumidor se adaptase a la nueva tarificación de la electricidad. De aquellos tramos -valle, llano, punta- no queda nada. El incremento del precio de la luz ha desbordado cualquier segmentación horaria y convertido en papel mojado una guía que ni siquiera sirve ya para hacerse una idea aproximada de lo que a cada hora cuesta poner la lavadora, aún más durante unos fines de semana que fueron señalizados como oasis del ahorro y que hoy son una trampa para quienes pretenden reducir el gasto en función del programa de mano que repartió el Gobierno. Cualquiera puede equivocarse, e incluso verse superado por adversidades que escapan a su control, pero la responsabilidad del Ejecutivo es reconocer sus errores, si no mentiras, y alertar sobre las consecuencias de tomarse en serio sus consejos.