Editorial
El populismo ahuyenta a los inversores de Iberoamérica
Discursos como el del peruano Pedro Castillo son una garantía para la pobreza, que es lo que queda cuando los inversores extranjeros, en buena parte españoles, se marchan de países que desalientan la inversión
Las revueltas que sufre Colombia o el abismo chavista al que se asoma Perú son las últimas señales de alerta recibidas por las multinacionales españolas que históricamente han invertido en los países iberoamericanos. La inestabilidad política y la falta de garantías jurídicas, imprescindibles para programar y rentabilizar proyectos empresariales, están detrás del repliegue que las grandes compañías españolas protagonizan en un continente para el que buscan relevo como destino de sus planes de expansión. La caída de la inversión en Iberoamérica fue el año pasado del 43 por ciento, cifra que pone de manifiesto la creciente desconfianza que, agitados por el malestar social, provocan los movimientos populistas que recorren buena parte del continente. Discursos como el del peruano Pedro Castillo son una garantía para la pobreza, que es lo que queda cuando los inversores extranjeros, en buena parte españoles, se marchan de países que desalientan la inversión y la generación de riqueza compartida.