Editorial
El PNV pierde peso y recula con el vino de La Rioja
El PNV ha reculado momentáneamente porque ya empieza a ser consciente de que su peso es menor tras la alianza fraguada por Pedro Sánchez con Bildu
La marcha atrás que dio ayer el PNV en su ofensiva para que la negociación de los Presupuestos permitiese al País Vasco disponer de una denominación de origen vinícola propia, llamada «Rioja Alavesa», no es una renuncia. Es solo un aplazamiento tras conocer que el PSOE y los propios bodegueros alaveses se oponen. Lo del PNV no es solo un recurrente intento invasivo que viene de lejos contra la economía de la autonomía riojana y el sector del vino. Es una auténtica expropiación política en beneficio del nacionalismo que por el momento queda en barbecho. En su día, el consejo regulador de la Denominación de Origen Rioja ya denunció, y con razón, que se pretendía «una escisión e independencia por la vía de hecho, construyendo una dudosa y artificiosa vía de derecho» por la que el Gobierno vasco aspiraba a apropiarse de lo que no es suyo. Y sigue aspirando. Sin embargo, el PNV ha reculado momentáneamente porque ya empieza a ser consciente de que su peso es menor tras la alianza fraguada por Pedro Sánchez con Bildu. El PNV no fue fiable ayer para Rajoy, como Sánchez hoy ya no es fiable para el PNV.