Editorial
Picaresca con la gasolina mientras el gas sube el doble
Todo el ‘plan antiguerra’ es una broma de mal gusto que nos conduce hacia la estanflación
Cuando el Gobierno anunció este martes que el precio del gas no subiría más allá del 5 por ciento, el miércoles se hizo oficial que subirá el 10. Y cuando el Gobierno anunció que las gasolineras reducen desde el jueves en 20 céntimos el precio del combustible, algunas de ellas han subido su precio de forma artificial para que cuando hoy lo tengan que bajar forzosamente todo quede igual. Por tanto, el plan del Gobierno -ya superado por la inflación sin siquiera entrar en vigor- no deja de ser una farsa para el bolsillo. En España nadie ejerce control alguno sobre esta picaresca que trata al ciudadano como a un pelele con el único objetivo de mantener los beneficios. Y como además eso permite al Gobierno seguir recaudando más, todo el ‘plan antiguerra’ es una broma de mal gusto que nos conduce hacia la estanflación. La artimaña de La Moncloa para que las gasolineras adelanten el dinero que después Hacienda les pagará puede llevar también a muchas a la ruina. De hecho, calculan que deberán adelantar desde este viernes mil euros al día, es decir, unos 30.000 al mes, a la espera de que el Gobierno se los reintegre. Y si tarda más de tres meses, algunas no resistirán abiertas. Es el precio de la precipitación, la improvisación y la obsesión de Sánchez por no bajar impuestos.