Editorial
Perú cae en manos del populismo
Más de un mes ha tardado en confirmarse oficialmente la victoria del populista de izquierdas Pedro Castillo en las elecciones presidenciales de Perú tras múltiples denuncias de fraude electoral y un eterno recuento de urnas dudosas. Hasta Keiko Fujimori, su rival, no ha tenido más remedio que asumir que Castillo sea proclamado presidente electo, incluso con amplio aval internacional. Perú se adentra en una senda peligrosa en manos de un presidente con antecedentes acreditados de sectarismo ideológico y sin ninguna experiencia de gestión, lo que quizás ofrezca aún más motivos de preocupación. Si Castillo no se inclina por la senda del bolivarianismo más radical, poco le faltará. Sus ideas son anacrónicas, el país se empobrece a marchas forzadas, y la restricción de libertades pende sobre los peruanos como una amenaza idéntica a la que, por desgracia, viven otros países de su entorno. Perú vuelve a caer en las peores prácticas del populismo revanchista.