Editorial
Los paros y la inacción del Gobierno castigan a todos
Las consecuencias del paro en el transporte por carretera o en la pesca no solo se notan ya en el abastecimiento de supermercados y centros alimentarios, sino también en el propio bolsillo de quienes lo provocan
Las consecuencias del paro en el transporte por carretera o en la pesca no solo se notan ya en el abastecimiento de supermercados y centros alimentarios, sino también en el propio bolsillo de quienes lo provocan. Hasta 130 millones de euros diarios se pierden, más allá de toneladas de alimentos que se siguen produciendo y dejan de repartirse. Necesariamente, y dado que el Gobierno se niega a encauzar el conflicto reuniéndose con los convocantes de los paros pese a sus compromisos verbales para hallar soluciones, muchas pequeñas empresas empezarán a imponer ERTE a sus trabajadores. Conviene evitar una histeria colectiva que vacíe los supermercados por puro miedo a un desabastecimiento masivo y largo. No hay motivo para creer en eso. Pero de nuevo el Gobierno y sus sindicatos afines, que reaparecieron en las calles por aquello de aparentar que hacen algo, fallan a la ciudadanía porque no están enfocando bien la gravedad de lo que ocurre. Y ese error nos castiga a todos.