Editorial
El nacionalismo vasco copia la inmersión catalana
La franquicia vasca de Podemos y Bildu presionan al PNV para que dé un salto adelante y haga del euskera la lengua vehicular, y única
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La experiencia del sistema educativo catalán, basado en la inmersión lingüística y la eliminación del castellano de las aulas, es el modelo que el nacionalismo vasco quiere implantar como herramienta para reforzar la identidad regional y un sentimiento de pertenencia local que genere el oportuno rechazo a España. La franquicia vasca de Podemos y Bildu presionan al PNV para que dé un salto adelante y, con la cobertura que proporcionan la ‘ley Celaá’ y la experiencia que aporta la impunidad con que actúa la Generalitat, haga del euskera la lengua vehicular, y única, de un sistema de enseñanza pervertido por el adoctrinamiento. Las primeras víctimas son los alumnos, pero la política sectaria y tribal que guía este modelo inmersivo pasa por alto, como sucede en Cataluña, el futuro de los estudiantes, situado en un segundo plano, por detrás del futuro de una ‘nación’ vasca que se construye desde la escuela y al margen de los tribunales. El Gobierno está acostumbrado a mirar para otro lado.
