Editorial
El mejor escudo social es liberalizar el mercado
En vísperas de una nueva ley de alquiler el riesgo de que la oferta inmobiliaria se retraiga por el temor de los arrendadores a los excesos regulatorios planea sobre quienes buscan vivienda y chocan contra el ‘escudo social’ que los iba a amparar
Hace dos años y a través de un decreto-ley, el Gobierno intervino el mercado del alquiler e impuso el IPC como índice de referencia para la revisión de unos arrendamientos que este año van a dispararse como consecuencia del impacto de la inflación, que podría rozar el 4 por ciento en diciembre. Los ataques al Ejecutivo del PP y la demagogia progresista impregnaban el preámbulo de un decreto con el que Sánchez e Iglesias, confiados en la perpetuidad de una inflación plana e incluso negativa, brindaban al sol del populismo. El resultado es un encarecimiento, solo amortiguado por la buena voluntad de los propietarios, que va a perjudicar a los mismos que el Gobierno decía proteger. En vísperas de una nueva ley de alquiler con la que Unidas Podemos pretende intervenir aún más el mercado, el riesgo de que la oferta inmobiliaria se retraiga por el temor de los arrendadores a los excesos regulatorios planea sobre quienes buscan vivienda y chocan contra el ‘escudo social’ que los iba a amparar.
