Editorial
Marruecos endurece el tono de su amenaza contra España
Los avisos prosiguen, no consta que la ministra de Exteriores esté erigiéndose en interlocutora de autoridad, y además han empezado a llegar menores en patera a Lanzarote, como antes lo hicieron masivamente a Ceuta
El Gobierno de Marruecos ha vuelto a lanzar una nueva advertencia a España, endureciendo incluso el tono empleado en los últimos meses. Y por desgracia se conoce de sobra cómo se las gasta Rabat con las amenazas, ya que termina convirtiendo cada una de ellas en realidad. La comparación que hizo ayer entre el Sahara y Cataluña es odiosa. Por antijurídica, porque nada tienen que ver las circunstancias políticas y el estatus de uno y otra, y porque no hace sino contribuir a exaltar y agitar los ánimos en España, que realmente es lo que quiere. Lo cierto es que nada se está reconduciendo con Marruecos. Los avisos prosiguen, no consta que la ministra de Exteriores esté erigiéndose en interlocutora de autoridad, y además han empezado a llegar menores en patera a Lanzarote, como antes lo hicieron masivamente a Ceuta. La sensación de impotencia de este Gobierno frente al chantaje marroquí empieza a perpetuarse. Y eso es tan preocupante como su pasividad.