Editorial

Marruecos, agenda oculta

El Ejecutivo de Pedro Sánchez abre una frontera, pero echa las cortinas sobre una hoja de ruta con Marruecos que permanece tapada, salvo en lo referente al Sahara

Editorial ABC

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Cerradas desde marzo de 2020, la reapertura de las fronteras de Ceuta y Melilla con Marruecos, la pasada medianoche, representa una señal esperanzadora dentro del necesario proceso de normalización de las relaciones diplomáticas entre dos países vecinos. Lo que la pandemia del Covid provocó en marzo de hace dos años -la impermeabilización unilateral por parte de Rabat de los pasos fronterizos de las dos ciudades españolas- se ha enquistado en el tiempo como reflejo del grave y progresivo deterioro de los lazos entre los gobiernos de ambos lados del Estrecho, con un coste muy elevado para España, que aún no ha dejado de pagar el chantaje al que fue sometida con la invasión orquestada por Rabat en mayo del año pasado. Aún quedan en Ceuta más de trescientos menores de la multitud que entró de la mano de los gendarmes marroquíes, cómplices necesarios de una agresión territorial sobre la que Pedro Sánchez ha preferido pasar página. Al contrario, el presidente del Gobierno se vanagloria de sus cesiones políticas a Rabat y se apunta el mérito de una reapertura fronteriza -«fruto del trabajo bilateral realizado en el marco de la hoja de ruta acordada tras el encuentro mantenido con Mohamed IV», aclara la propaganda de La Moncloa- que de forma poco casual se produce tras el reciente reconocimiento del Sahara como territorio marroquí, contrario a las resoluciones de la ONU y, más aún, a la historia compartida con una antigua parte de España que tiene el derecho inalienable de elegir su destino tras una descolonización que se produjo el siglo pasado y que aún estaba irresuelta.

La ‘hoja de ruta’ a la que se refiere La Moncloa es un documento oculto. Reabren las fronteras, de manera gradual, sin efectivos policiales suficientes para garantizar la seguridad de unos pasos que Marruecos ha venido utilizando como válvula de presión migratoria para modular sus extorsiones, y queda para más adelante, en función de la misma ‘hoja de ruta’ que a la vez airea y tapa el Gobierno, el tránsito aduanero de mercancías. Quedan muchos flecos pendientes, demasiados para celebrar lo que hace tiempo debiera haber representado un simple acto de normalización tras las restricciones sanitarias, empañado por la opacidad con que el Ejecutivo ha maniobrado en las últimas semanas para hacerlo efectivo. La sospecha es norma en un Gobierno que ha hecho del diálogo -discreto y secreto, ya sea con sus socios de legislatura o con sus vecinos- un sinónimo de entreguismo. Pedro Sánchez se ha ganado a pulso la desconfianza que generan sus hojas de rutas, con el separatismo y redactadas por Félix Bolaños, o con Marruecos, de su puño y letra.

La entrega del Sahara a Rabat, decisión cuyo valor geopolítico no ha querido determinar el Gobierno de la transparencia, y el robo de información sensible de los teléfonos de Pedro Sánchez y otros miembros de su Ejecutivo, publicitado de forma irresponsable en una huida hace adelante que ha puesto en jaque la imagen exterior del CNI, descabezada para satisfacer al separatismo, enturbian la reapertura de las fronteras de Ceuta y Melilla y trasladan lo que tendría que ser un gesto normalizador a la zona de sombra, ya congestionada, en la que se amontonan las discutibles y confusas conquistas del Gobierno. Surgido de una traición flagrante a su propio electorado, el Ejecutivo de Sánchez abre una frontera, pero echa las cortinas sobre una hoja de ruta con Marruecos que permanece tapada, salvo en lo referente al Sahara, cuyos habitantes también conocen ya cómo negocia y normaliza el Gobierno que, conforme a Derecho, debía protegerlos.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación