Editorial
Ley Celaá: un recurso ante el TC más que obligado
La ‘ley Celaá’ llega al Tribunal Constitucional en la que debía ser claramente su primera parada, pues acumula tantos déficit democráticos en su articulado y tramitación que es imposible que no terminara allí. No solo nació sin el más leve intento de consenso político sino que se amordazó a la comunidad educativa excluyendo su voz referencial. Además, el texto contraviene el artículo 27 de nuestra Carta Magna y el derecho de los padres a elegir libremente la educación de sus hijos, anula ‘de facto’ la pluralidad educativa y discrimina el modelo especial impartido por centros específicos. Mientras se dirime si es o no constitucional, sí es constatable que la ley es, además, muy mala, porque persigue con revanchismo sectario el modelo concertado y aplica una versión del famoso «que nadie se quede atrás» del sanchismo al trivializar el esfuerzo y el mérito, pues no hay límite de suspensos para ir pasando los cursos. Es de esperar que esa calamidad legislativa no pase la criba del TC. Está en juego la libertad.