Editorial
La insensibilidad de Borrell ante la tiranía cubana
Desde la gran manifestación de protesta del 11 de julio se sabe fehacientemente que el régimen cubano no tiene ningún plan de apertura y que el único objetivo de la dictadura es asegurar su pervivencia por medio de un grado de represión intolerable. Miles de personas están siendo condenadas a fuertes penas por haber pedido libertad en voz alta. El Alto Representante de la UE, Josep Borrell, debería haber asumido desde hace tiempo que es inútil hacer tratos con un tirano sin mancharse las manos y aprovechar la ocasión que le ha brindado la historia para ponerse al lado de tantísimos cubanos que pagan con su libertad el haber protestado contra la dictadura. Su insensibilidad es tan sonrojante que le ha sido afeada, por carta, desde el Senado de Estados Unidos, donde demócratas y republicanos le animan a que promueva una posición más honorable ante una dictadura que ya no tiene más horizonte que usar la violencia contra los ciudadanos que piden sencillamente vivir sin cadenas.