Ni un homenaje más a los asesinos
Es imprescindible que España se dote de una legislación eficaz que evite que se puedan ensalzar, ni tan siquiera blanquear, las andanzas de unos asesinos que trataron de poner contra las cuerdas al Estado
El resultado final del desafío proetarra es que en vez de un acto de homenaje al asesino múltiple Parot (38 crímenes a su espalda), el odio se viralizó con la organización de medio centenar de actos de enaltecimiento del terrorismo en el País Vasco. Solo la movilización de parte de los constitucionalistas (la mayoría de los socialistas optaron por ponerse de perfil) con actos en defensa de las víctimas de la barbarie etarra evitó que la infamia adquiriese mayores proporciones, inasumibles en cualquier Estado de derecho que funcione correctamente.
La pasividad de los gobiernos central y autonómico dio alas a los filoterroristas para que extendiesen su apoyo a los asesinos de más de ochocientas personas inocentes, hombres, mujeres y niños, contra cuya memoria y sacrificio se volvió a atentar ayer. Es imprescindible que España se dote de una legislación eficaz que evite que se puedan ensalzar, ni tan siquiera blanquear, las andanzas de unos asesinos que trataron de poner contra las cuerdas al Estado.
