Editorial
La fractura de UPN, amenaza para Navarra
Navarra no puede permitirse la implosión de una fuerza política que representa los valores del constitucionalismo, aún menos desde dentro
Del retoque cosmético de la reforma laboral de Mariano Rajoy no solo salen tocadas las instituciones democráticas, y en especial el Congreso de los Diputados, en manos de Meritxell Batet y sumiso al sanchismo, sino los partidos que han intervenido de forma activa en un esperpento legislativo que va a pasar factura a su credibilidad ante el electorado. Ratificada ayer por UPN, la expulsión de los dos diputados que no acataron en las Cortes la orden de alinearse con Sánchez y de votar a favor de la contrarreforma instrumental del Gobierno pone de manifiesto el alcance de la crisis abierta en un partido esencial para frenar la materialización de la alianza, cada vez más estrecha, de socialistas y proetarras. Navarra no puede permitirse la implosión de una fuerza política que representa los valores del constitucionalismo, aún menos desde dentro y a partir de los compromisos locales alcanzados por su cúpula con la franquicia del sanchismo que dirige María Chivite.