Editorial
El excesivo intervencionismo ahuyenta a los inversores
No es casual que los fondos de inversión vean en la Comunidad de Madrid una isla que, por contra, sí pone las condiciones propicias para invertir en su territorio
La reforma energética emprendida para frenar el precio de la luz, lo que se sabe de la futura ley de Vivienda, el endurecimiento fiscal para las Socimi y las Sicav o la regulación de los alquileres comerciales de Aena son algunos de los últimos ejemplos del intervencionismo emprendido por el Gobierno que Sánchez comparte con los comunistas, que parecen ser la fuente de ‘inspiración’ de parte de esa política económica. Su sola presencia en La Moncloa (inédita en toda Europa) ya es vista con inquietud por los inversores internacionales, incluso por los nacionales a los que estas políticas no sirven en absoluto de aliento. Luego escuchan lo que proponen Yolanda Díaz o Alberto Garzón y la impresión empeora. No es casual que los fondos de inversión vean en la Comunidad de Madrid una isla que, por contra, sí pone las condiciones propicias para invertir en su territorio, pues su marco es seguro y no existe el temor a que cualquier martes el Consejo de Ministros alumbre otra ‘sorpresa’ que los ahuyente aún más.