EDITORIAL
Europa da un baño de realidad al ecologismo de salón
La postura del Gobierno de Sánchez, y de otros países contrarios a esta catalogación, recibe un baño de realidad que debiera hacerles despertar de maximalismos hoy irrealizables
La Comisión Europea ha aprobado finalmente el reglamento de la llamada Taxonomía Verde, una especie de catálogo de la energía sostenible en el que incluye las centrales eléctricas y de gas, así como las nucleares. Lo hace de forma transitoria, pues no son neutrales ni renovables, pero sí son ahora mismo fundamentales para garantizar el suministro eléctrico, la menor dependencia energética exterior en la Unión y, con el paso de los años, ayudan con ese ahorro a financiar instalaciones que luchen en vanguardia contra el cambio climático. Sin pausa, claro, pero también sin prisas, porque las tensiones del mercado de la energía no permiten un corte tajante, sobre todo si tenemos en cuenta que la energía nuclear sigue siendo la principal fuente de generación eléctrica en España. La postura del Gobierno de Sánchez, y de otros países contrarios a esta catalogación, recibe un baño de realidad que debiera hacerles despertar de maximalismos hoy irrealizables. Los avances que logra la última generación de tecnología nuclear (cada vez más limpia y segura) invitan a dejar atrás los alcanforados prejuicios del ecologismo de salón.