Editorial
Energía nuclear, y también verde
Poco ha tardado la Unión Europea, de la mano de Francia, en renegar de uno de los mantras que desde Berlín se han extendido con más fuerza por buena parte de la UE
Con Angela Merkel fuera de juego y el nuevo canciller alemán, aliado de Los Verdes, en plena mudanza, poco ha tardado la Unión Europea, de la mano de Francia, en renegar de uno de los mantras que desde Berlín, que puso fecha de caducidad a su industria nuclear tras la crisis de Fukushima, se han extendido con más fuerza por buena parte de la UE, presa del pensamiento único y de un buenismo presuntamente ecologista. La Comisión Europea decidió cerrar 2021 con la presentación, al filo del nuevo año, de un proyecto de etiquetado verde para las centrales nucleares y de gas, lo que permitiría facilitar la financiación de instalaciones que contribuyan a luchar contra el cambio climático. La independencia energética de Europa, clave para evitar tensiones inflacionistas como las actuales, y la protección del medio ambiente pasan por dejar atrás prejuicios y miedos y apostar por una energía atómica cuyo desarrollo tecnológico puede llegar a ser el mejor aliado para combatir el cambio climático.
