Editorial
Desmemoria histórica con cesiones para blanquear a ETA
la prioridad de Sánchez es sacar adelante normas ideológicas aunque sea a costa de hacer una biopsia de su propio partido. Es tanto como lamentar el papel del PSOE en la lucha contra ETA
El Gobierno ha conseguido desatascar su proyecto de ley de 'memoria democrática' con el apoyo de Bildu, y cediendo para que haya un reconocimiento específico a las víctimas de violación de derechos humanos hasta el 31 de diciembre de 1983, ya en plena democracia. La exigencia de Bildu no es anecdótica. Supone enfrentar al Gobierno de Pedro Sánchez con los fantasmas de otro Ejecutivo del PSOE, el de Felipe González, por el brutal asesinato de los etarras Lasa y Zabala, en aquel mismo año. Ambos son considerados un símbolo de ETA. Pero la prioridad de Sánchez es sacar adelante normas ideológicas aunque sea a costa de hacer una biopsia de su propio partido. Es tanto como lamentar el papel del PSOE en la lucha contra ETA, y admitir que las auténticas víctimas de la democracia son los etarras. La ley, desde luego, recupera el franquismo como reclamo y olvida los abusos de la República. De nuevo, sectarismo, revanchismo, revisionismo y búsqueda de votos en una izquierda desmovilizada.