Editorial
Contra la psicosis social por el desabastecimiento
En este escenario de inflación, de encarecimiento de materias primas, y de guerra en Ucrania con efecto dominó en las economías de toda Europa, puede resultar peligroso generar una cierta psicosis social de desabastecimiento de productos básicos
La huelga convocada ayer por distintas organizaciones minoritarias del transporte como queja por el precio de los combustibles no deja de ser un derecho comprensible por el ahogo económico que sufren, sin que de momento el Gobierno sea sensible a su exigencia de abaratarlo recaudando menos impuestos. De hecho, muchos quedan abocados a una ruina inminente. Sin embargo, en este escenario de inflación, de encarecimiento de materias primas, y de guerra en Ucrania con efecto dominó en las economías de toda Europa, puede resultar peligroso generar una cierta psicosis social de desabastecimiento de productos básicos que pueden no llegar a los lineales de los supermercados. El mundo de la distribución y el transporte de todo tipo es extremandamente sensible, y los organizadores de este paro indefinido tienen razón en sus reivindicaciones. Pero eso no debería ser la excusa para fomentar un escenario de consecuencias imprevisibles.