Editorial
Confinamientos selectivos para tapar la indolencia
Una juez por fin permitió ayer regresar a sus lugares de origen a cerca de 200 jóvenes que llevaban varios días selectivamente confinados en hoteles mallorquines
Una juez por fin permitió ayer regresar a sus lugares de origen a cerca de 200 jóvenes que llevaban varios días selectivamente confinados en hoteles mallorquines. Más allá de que algunos hayan demostrado una forma irresponsable de celebrar su fin de curso en plena pandemia provocando un macrobrote de contagios, el problema de fondo sigue siendo el desdén por las libertades y los derechos mostrado por el Gobierno socialista de Baleares. El macrobrote es la consecuencia directa de conductas reprochables. Pero se trata de viajes organizados, autorizados y previstos por el propio Gobierno autonómico, y lo que no es de recibo es la improvisación con la que ha encerrado materialmente a cientos de jóvenes durante días pese a no haberse infectado. Este episodio es el producto de una anomalía del Gobierno central, la de no haber legislado nada en año y medio de pandemia para prever circunstancias como estas, y la de jugar con las libertades como solución a su propia indolencia.