Editorial
La cogobernanza del virus lía de nuevo a las autonomías
Sería absurdo pensar que las consecuencias devastadoras de la pandemia son hoy tan graves como en el pasado. El proceso de vacunación, lento pero continuo, ha protegido ya a los colectivos más vulnerables y se empieza a extender la inmunización entre los más jóvenes. Sin embargo, también es incuestionable que el crecimiento de brotes, especialmente vinculados a la cepa india del virus, está provocado preocupación entre las autonomías que, en plena temporada veraniega, han puesto sus esperanzas de recuperación y consumo en el turismo nacional. Vuelve a haber peticiones de toques de queda, se reactiva el debate de ampliar restricciones de movimientos, e incluso se plantea el aislamiento perimetral de poblaciones turísticas sin que el Gobierno considere oportuno rectificar ninguna medida. Ni siquiera, matizar la obligatoriedad de mascarillas en el exterior. Una cosa es no exagerar la quinta ola porque los hospitales están en buenas cifras, y otra distinta no reconocer que esta cogobernanza autonómica inventada por Sánchez sigue siendo chapucera ante tantas conductas individuales y colectivas irresponsables.