Editorial
Cataluña se aproxima a otro fracaso colectivo
Cataluña está apenas a dos semanas de romper de nuevo el tablero político y verse forzada a celebrar nuevas elecciones autonómicas por la incapacidad de los partidos del Parlament de alcanzar un acuerdo de investidura. Desde que se abrieron las urnas en la noche del 14 de febrero, ni ERC ni Junts han sido capaces de cerrar un pacto de gobierno, lo cual no solo vuelve a convertir la política catalana en una anomalía, sino que ha empezado a generar alarma en el Gobierno de Pedro Sánchez porque buena parte de la solidez de su legislatura se asienta sobre el apoyo de Esquerra. Y los terremotos políticos en Cataluña suelen afectar notablemente al Ejecutivo central. El separatismo no tiene más proyecto político que sobrevivir como sea en su quimera golpista. Ni gestiona ni legisla. Y además parece incapaz de superar sus muchos rencores mutuos y sus facturas personales al cobro. Por eso, quienes realmente están pagando tanta iniquidad política son otra vez los catalanes.