Editorial
Bruselas precisa un único discurso económico
El ascenso de Nadia Calviño a la vicepresidencia segunda del Gobierno y la entrada de Yolanda Díaz en la tercera marcan una jerarquía de una sobre la otra en el seno del Ejecutivo
El ascenso de Nadia Calviño a la vicepresidencia segunda del Gobierno y la entrada de Yolanda Díaz en la tercera marcan una jerarquía de una sobre la otra en el seno del Ejecutivo. Bien está que así sea, pues las ideas (algunas no pasan de simples ocurrencias) de la exministra de Trabajo eran una inagotable fuente de problemas para España en Bruselas y para Sánchez en Moncloa. Durante el año pasado y parte de este, en la UE asistían a una duplicidad de discursos incompatibles entre sí. Este hecho debiera revertirse. Lo que necesita España es hacerse creíble ante la Comisión Europea, que no ha de dudar de que la política económica es una y que no existen versiones alternativas, inquietantes por su demagogia y asentamiento fuera de la realidad. Para ello, ayudaría bastante que el Gobierno diera a Bruselas cifras creíbles de sus expectativas y no el mejunje de buenas intenciones que contienen unos Presupuestos convertidos ya en una ensoñación imposible de cumplir, simple papel mojado.