Las dudas confunden a Sánchez

La decisión firme de Pedro Sánchez de acudir a una sesión de investidura a mediados de julio aunque no disponga de los votos suficientes abre un escenario excepcionalmente incierto e inestable. Por un lado, Sánchez ya conoce la decisión irrevocable del PP y de Ciudadanos de no abstenerse para facilitar la formación de un Gobierno. Por otro, el desentendimiento entre Sánchez y Pablo Iglesias es absoluto dada la obsesión del segundo en acaparar Ministerios. En cualquier caso, Sánchez ha decidido que a mediados de julio empiecen a correr los plazos legales, bien hacia una investidura a la desesperada en septiembre, bien hacia la repetición de elecciones. Sánchez maneja los dos escenarios. El primero, defendido por José Luis Ábalos, su alter ego en el PSOE; el segundo, favorecido por su jefe de gabinete y principal asesor desde su retorno a la secretaría general del PSOE, Iván Redondo. Ahí surgen la indecisión de Pedro Sánchez y las dudas que le acechan, calculando los pros y contras de cada una de las opciones. En el Partido Socialista hay quien ve un riesgo innecesario y un error en la convocatoria de nuevos comicios pudiendo atar hoy un Gobierno con el aval de sus socios de moción de censura.

En cambio, Iván Redondo entiende que la repetición de comicios otorgará una mayoría al PSOE más cómoda que la obtenida en abril, y supondría el debilitamiento definitivo de Podemos. De cualquier manera, si la investidura en julio resultase un fracaso, como así parece, España se adentrará en otro nefasto periodo de incertidumbre. Pedro Sánchez tiene difícil la investidura, pero mucho peor la gobernabilidad. Opte por una apuesta o por otra, el escenario no pinta nada bien.