El despilfarro lo terminan pagando las clases medias

La demagogia con que el Gobierno suele presentar su ofensiva fiscal contra las rentas altas no logra ocultar la dificultad, cuando no la imposibilidad, de hacer caja con un sector de la población tan marginal que resulta insuficiente para cuadrar las cuentas públicas. Son las clases medias y trabajadoras, presuntamente protegidas por el Ejecutivo, las que van a cargar con el incremento de una presión fiscal que no solo se va a reflejar de forma indiscriminada en el IVA, sino en tributos como el impuesto a las primas de seguro, cuya subida va a repercutir en todos los hogares, especialmente los menos favorecidos económicamente. Habrá que pagar más por seguros como el de vivienda o circulación, y no lo harán solo los «ricos» a los que apunta la izquierda en su cadalso populista, sino todos aquellos a los que el Gobierno de Sánchez e Iglesias promete un paraíso de gasto que sale gratis. Todo eso se paga, y no solo con impuestos, sino con una pobreza que también sale a repartir.