EDITORIAL ABC
Corrupción en el fútbol
La lacra de la corrupción no solo afecta al mundo político y empresarial, sino que se extiende incluso al ámbito deportivo, mancillando los valores de pulcritud, transparencia y juego limpio que deben regir en el deporte. Allí donde hay dinero suele surgir la tentación del amaño y la deshonestidad con el fin de lucrarse por la vía rápida, y el fútbol, cuyo negocio no ha dejado de crecer, no es ajeno a esta desdicha. Prueba de ello es la presunta red criminal dedicada al amaño de partidos que desmanteló ayer la Policía Nacional, tras la detención de varios jugadores de Primera y Segunda División, así como del presidente de la Sociedad Deportiva Huesca. Los detenidos, a quienes se investiga por haber comprado futbolistas para ganar apuestas deportivas, están acusados de graves delitos, desde amaño deportivo y blanqueo de capitales hasta organización criminal, y han puesto en un brete la buena imagen de la que disfruta el deporte rey en España. El auge de grandes operadores de apuestas a escala mundial al calor del desarrollo tecnológico y su elevado volumen de facturación han aumentado, igualmente, las posibilidades de llevar a cabo este tipo de amaños; de ahí la importancia de extremar al máximo las precauciones.
Todas las autoridades deben volcarse en la persecución de estos delitos, empezando por la Justicia, cuya investigación tiene que llegar hasta el final para dirimir las responsabilidades pertinentes, pero también La Liga y la Real Federación de Fútbol, puesto que su misión también consiste en prevenir y detectar dichas prácticas fraudulentas. La corrupción deportiva es inaceptable, se produzca donde se produzca, pero aún más si afecta a una de las mejores ligas del mundo, como la española, con millones de aficionados a nivel global.