Hughes

Tú no sabes y a mí se me ha olvidado

Sánchez, que venía de ser vapuleado hasta por Bertín en el ping pong, se plantó delante de Rajoy y se creyó por un minuto el papel de opositor

La campaña profiláctica de Rajoy , protegido del ruido de la Nueva Política, ha sido un error, pero quizás, viendo las prestaciones escénicas del presidente, no podía ser de otra manera. Sánchez, que venía de ser vapuleado hasta por Bertín en el ping pong, se vio llevando la iniciativa en algo por primera vez en su vida política. O en su vida en general. Y se pasó de rosca. Renunció a proponer y se dedicó a decir que no con la cabeza como esos perrillos basculantes del coche, por sistema. Y Bárcenas, Rato, Bárcenas, Rato. Rajoy se acogió, un poquito a lo Don Mendo, a su herido honor personal . «Ruin, deleznable». Malandrín, le faltó. Sánchez tuvo una beligerancia inelegante, desastrosa.

En esto del multipartidismo parece que ganan los que se quedan en casa. Rajoy ha cifrado la campaña (como el debate) en la economía, pero sus votantes anhelan la defensa de una idea que puede quedar huérfana. Prometió, eso sí, dos millones de empleos. Y de un empleo, contó, saldrá todo lo demás. El empleo es el cerdo de la economía. Nuestro jamón y nuestra olla.

LO MEJOR DE RAJOY

Hizo propuestas. La promesa de empleo. El «fair play» ante Sánchez, más agresivo.

LO MEJOR DE SÁNCHEZ

Por primera vez el candidato del PSOE llevó la iniciativa

LO PEOR DE RAJOY

Sin iniciativa. Demasiada economía. Y en realidad, poco convincente con la corrupción

LO PEOR DE SÁNCHEZ

Se anuló a sí mismo.

LAS NOTAS

RAJOY: 5,5 / SÁNCHEZ: 5,0

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